Barack Obama, ha dicho que "ha llegado la hora de una reforma
migratoria integral" en EE.UU., durante un discurso en Las Vegas (Nevada)
para lanzar una campaña a favor de la medida un día después de que un grupo de
senadores republicanos y demócratas presentaran un plan conjunto sobre esta
histórica cuestión.
"Ha llegado la hora. Ha llegado la hora", ha dicho Obama este
martes ante un auditorio repleto, un día después de que un grupo bipartidista
del Senado presentase sus "principios" para la eventual legalización
de la población indocumentada en Estados Unidos, unos 11 millones de personas,
una reforma que no llevó a cabo como había prometido en la pasada legislatura.
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Obama |
Se trata del primer viaje fuera de Washington y el primer discurso que
ofrezca Obama tras su segunda investidura
presidencial hace una semana, lo que pone de manifiesto que la
reforma migratoria es una de las prioridades de su nuevo mandato; y el
escenario elegido no es casual, ya que Nevada es uno de los estados donde más
ha crecido la población hispana en los últimos años.
Obama ha afirmado que quienes quieran ganarse la legalización deberán
someterse a una revisión de antecedentes penales, pagar una multa e
impuestos, aprender inglés y "ponerse en cola" para tramitar la
residencia permanente. El presidente ha propuesto además fortalecer los
controles fronterizis y sanciones para empresas que los contraten a
sabiendas y reforzar el sistema de visados para "atraer talento".
"Estos 11 millones de hombres y mujeres están aquí (...) y son
parte del tejido social de nuestras vidas", ha afirmado al destacar
también la contribución de los extranjeros sin documentación a la economía.
Una vía
"dura pero justa" para la regularización
En la víspera del discurso sobre inmigración de Obama, tres senadores
demócratas y dos republicanos presentaron un proyecto al que todavía queda un
largo proceso parlamentario.
Este 2013 "es la mejor oportunidad para aprobar la reforma
migratoria. Si fallamos, creo que pasaran muchos años hasta que se vuelva a
intentar arreglar este problema", aseguró el senador John McCain, que
fue candidato presidencial republicano en 2008 y perdió frente a Obama.
El marco consensuado por ocho senadores de los dos partidos contempla
una vía "dura pero justa" para la legalización de inmigrantes
indocumentados, supeditada al fortalecimiento de los controles fronterizos y la
salida de quienes permanecieron en EE.UU. con visados vencidos.
Asimismo, se da preferencia a regularizar la situación de aquellos que
llegaron a EE.UU. siendo menores y han crecido y han sido educados en el país,
así como a los trabajadores del sector agrícola y ganadero.
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